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SOLVE ET COAGULA
MUSEO DEL ECO
2010. CDMX, MX

Marcos Castro. Solve et coagula. Museo del Eco, CDMX, MX.
Marcos Castro. Solve et coagula. Museo del Eco, CDMX, MX.
Marcos Castro. Solve et coagula. Museo del Eco, CDMX, MX.

Solve et Coagula es una frase latina identificada con la Alquimia. Significa “disolver” y “coagular” o “separar” y “unir”, procesos involucrados en teorías y experimentos alquímicos. Esta práctica cuasiquímica y secreta floreció en la Edad Media hasta el Renacimiento y se conoce más comúnmente como el estudio que buscaba transformar los metales básicos en oro. Se consideraba un arte de cambio y transformación, conceptos a menudo articulados a través de códices visuales crípticos utilizando símbolos de animales híbridos. 


En los últimos años, Marcos Castro ha desarrollado un vocabulario artístico que involucra animales que se transforman en otras criaturas o formas naturales, una imaginería que evoca las iconografías alquímicas de los extraños dibujos que sobreviven de estos estudios antiguos. En estas obras, Castro combina una colección de símbolos emotivos; los lobos se hibridan con ciervos o árboles, los esqueletos con serpientes o pájaros. Estas figuras a menudo se muestran dentro de bosques densos u otros entornos paisajísticos. Concentrada en el dibujo y su propio estilo gráfico distintivo, la práctica del artista recuerda las obras expresionistas y neoexpresionistas alemanas, así como los diseños punk y gótico contemporáneos. 


Estas investigaciones crean un diálogo con los intereses del creador de El Eco. En su juventud, Mathias Goeritz estuvo fuertemente influenciado por la gráfica expresionista alemana de la década de 1920. Al igual que los alquimistas, tenía una particular fascinación por el oro como material espiritual. También realizó varias obras importantes utilizando formas animales. Entre ellos se encuentra La Serpiente de El Eco, una escultura realizada en 1953 para el patio de El Eco. Esta pieza, cuyo original ya se ha perdido, ha tenido un fuerte impacto en Marcos Castro, quien reconoce en su iconografía una intersección con la  la suya. La Serpiente de El Eco fue una de varias formas espirituales que Goeritz produjo dentro de la arquitectura emocional de El Eco, estructuras que incluyen el monolito negro en la galería principal, la torre amarilla en el patio y la cruz negra de la ventana principal del edificio. Era una forma negra, proto-minimalista, que representaba a este reptil a menudo  asociado con religiones precolombinas y europeas.


 Mediante la unión de una forma abstracta con un  símbolo animal, esta escultura representó una respuesta de Goeritz a las ambiciones del México de los años 50 de desarrollar una Modernidad que abarcara sus pasado antiguo. Con Solve et Coagula, Marcos Castro creó una presentación teatral que trasladó su lenguaje gráfico a las tres dimensiones. El título de la pieza fue representado con pintura negra goteando en la pared del fondo  of the Sala Mont. 


Las paredes angulares de la arquitectura enmarcaban dramáticamente una majestuosa escultura de un águila-serpiente, colocada en el centro de la sala. Una serpiente emergió del cuerpo del águila, desafiando agresivamente a la otra mitad de sí misma. Con esta figura, Castro no solo hizo referencia al uso simbólico de la serpiente en El Eco por parte de Goeritz, sino que además combinó su propio imaginario artístico con la iconografía nacional de México. El mito fundacional azteca para la creación de la Ciudad de México, que involucra el avistamiento azteca del águila profetizada comiendo una serpiente sobre un cactus (la imagen que aparece en el centro de la bandera mexicana) es directamente abordado y transformado en esta pieza. Como en otras obras del artista, cazador y presa se fusionan en la  misma criatura, aunando conflicto y unidad dentro de una forma singular. 


Leído metafóricamente, esta criatura  puede entenderse como una crítica al contexto contemporáneo del artista o su desarrollo futuro, de manera similar a como Goeritz utilizó su serpiente para describir una visión de su propio momento cultural . Esta pieza puede entenderse como un fuerte comentario sobre las contradicciones interiorizadas, las luchas y la belleza sublime que conforman actualmente México. Los árboles cortados en este dibujo tridimensional crearon  narratives adicionales; se ha producido una violencia o destrucción, posiblemente implicando la creación de un nuevo asentamiento o ciudad, de la que se levanta este extraño monumento Águila-Serpiente, como testigo de un pasado reciente o marcando un futuro potencial.


Tobias Ostrander, curador

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